La xerostomía es un trastorno que se conoce también como síndrome de la boca seca.
Se trata de la sensación subjetiva de sequedad bucal continua debido a una disminución del flujo salival y está provocada por una alteración en las glándulas salivales. Se trata de un problema muy común en pacientes mayores de 50 años y con más frecuencia en mujeres. Es un problema cada vez más común que puede alterar nuestra salud general y nuestra calidad de vida.
Como sabemos, la saliva es de vital importancia para nuestra salud oral. Gracias a ella, las mucosas permanecen húmedas, facilitando el habla, la masticación, la deglución… también tiene una función de limpieza de la boca, ya que regula la carga bacteriana de la boca.
La xerostomía no se trata de una enfermedad en sí, si no de una situación clínica resultante de ciertas patologías o ciertos hábitos.
Se diferencian dos tipos de xerostomía:
– Reversible: la secreción salival ha disminuido, pero existe, de manera que se puede estimular. Este tipo de xerostomía se da a causa de hábitos como el consumo de alcohol, tabaco, una dieta rica en hidratos de carbono, estrés y ansiedad, hablar en público, falta de dientes… También por causa de enfermedades sistémicas como la diabetes, por ejemplo.
– Irreversible: lo que sucede en este caso es un daño irreparable de la glándula salival, lo que impide la estimulación salival. Este tipo de xerostomía se da en pacientes que han recibido radioterapia en zonas de cabeza y cuello, o también en síndromes como el de Sjögren.
El síndrome de boca seca produce una notable disminución de la calidad de vida. El paciente nota un ardor de boca constante, dificultad para tragar, para hablar, alteraciones del gusto ( sabor metálico), sensación de boca pastosa…
Hay una mayor tendencia a la irritación en la lengua y mucosas de la mejilla y labio. Pueden aparecer pequeñas grietas y úlceras que facilitan la colonización bacteriana.
Esta tendencia favorece la aparición de procesos como la inflamación de encías y mucosas, úlceras, infecciones locales por hongos, halitosis, caries…
Para diagnosticar este problema es de vital importancia realizar una historia médica detallada y un examen clínico. En muchas ocasiones son acciones suficientes para llegar a un diagnóstico. En ocasiones será necesario la realización de otras pruebas diagnósticas como sialografías, TAC, resonancia magnética o biopsia.
En caso de que la causa de la xerostomía sea una enfermedad sistémica es de vital importancia que mantenerla controlada.
Si nos enfrentamos a una xerostomía reversible, se utilizarán agentes que estimulen la producción de saliva, llamados sialogogos. Se trata de sprays, comprimidos o chicles ricos en sustancias como el ácido málico o el xylitol, que ayudan a estimular la producción de saliva.
En caso de que la estimulación salival no sea posible, deberemos utilizar sustitutos como el agua, salivas artificiales y colutorios y pastas dentífricas específicas para este trastorno.
Como consejos para el día a día:
– Llevar una rigurosa higiene oral.
– Aumentar la ingesta de agua durante el día.
– Utilizar bálsamos labiales.
– Aumentar el consumo de frutas y verduras.
– Evitar el consumo de productos irritantes como alcohol o cafeína, así como el tabaco.