Prótesis removibles

FECHA DE PUBLICACIÓN: 4/julio/2017

Una prótesis removible es un aparato con el que se sustituyen dientes ausentes. Le llamamos removible porque podemos sacarla y ponerla, no es algo fijo y se debe hacer así para facilitar la limpieza tanto de nuestros dientes como de la prótesis así como para dejar descansar el tejido, ya que nuestras encías y mucosas no están diseñadas para estar cubiertas 24 horas al día. Lo ideal es dejar que nuestras mucosas se oxigenen.

Existen varios tipos de prótesis removibles:

– Prótesis completas: para pacientes completamente desdentados. Son prótesis mucosoportadas, se apoyan en la mucosa oral, no llevan ningún sistema de retención, sólo el contacto con la encía. Se pueden colocar tanto en maxilar como en mandíbula, siendo estas últimas las más complicadas de estabilizar ya que cuando perdemos dientes, nuestro hueso se va reabsorbiendo, de modo que en muchas ocasiones, nos encontramos rebordes muy planos en los que es francamente complicado o incluso imposible conseguir una estabilidad.

– Prótesis parciales: para pacientes que han perdido dos o más dientes. Son mucosoportadas pero también retenidas gracias a los dientes adyacentes. En este tipo de prótesis es más sencillo conseguir una retención mejor que en las anteriores. Pueden ser de base metálica o ser completamente de resina.

– Sobredentaduras: para pacientes que han perdido todos sus dientes, son prótesis completas pero retenidas por implantes. Se colocan implantes en el maxilar o la mandíbula del paciente y la prótesis completa lleva unos aditamentos que abrochan sobre esos implantes, de modo que va apoyada sobre la mucosa pero retenida con los implantes. De esta manera conseguimos una muy buena estabilidad ya que la prótesis queda fija, pero la podemos retirar para poder limpiarla. En este tipo de prótesis podemos colocar menos implantes que para una prótesis fija porque en este caso, contamos con que las cargas oclusales no sólo recaen en los implantes, si no también en toda la superficie de la mucosa donde también se apoya la prótesis. En el caso del maxilar, necesitaríamos 4 implantes para poder colocar este tipo de prótesis y en el caso de ser una sobredentadura inferior (las más utilizadas) necesitaríamos 2 implantes.

Podemos colocar este tipo de prótesis en pacientes que hayan perdido 2 o más dientes.

Es importante destacar que existe un periodo de adaptación a este tipo de prótesis. Este periodo varía mucho de un paciente a otro. Debemos tener un cuenta que el tejido sobre el que se apoya la prótesis, es tejido blando, móvil, de manera que al apoyar un aparato sobre él y empezar a masticar, a hablar… pueden aparecer pequeñas molestias que deberán revisarse e ir adaptando la prótesis. No obstante debemos decir que nuestras mucosas se van a ir adaptando también a esas fuerzas y esos apoyos. Poco a poco, se llega a una adaptación completa.

En cuanto al mantenimiento de estas prótesis, es vital una muy buena higiene. Esto es importante para poder mantener un buen estado de los dientes adyacentes (en caso de que el paciente mantenga algunos de sus dientes), para evitar infecciones en la mucosa oral  y también para mantener la prótesis en perfecto estado. Existen en mercado productos que nos ayudan a mantener limpia nuestra prótesis como los desincrustantes, que podemos utilizar una vez a la semana por ejemplo. El cuidado diario debe ser, retirar la prótesis, cepillar nuestros dientes, y después limpiar la prótesis bajo el grifo con un cepillo y jabón, no es necesario hacerlo con pasta de dientes.

Debemos destacar que a medida que pasan los años, nuestra encía y nuestra cavidad oral va cambiando y más aun cuando nos falta alguna o todas las piezas dentales. Con el paso de los años, podemos notar que las prótesis pierden estabilidad, que se mueven un poco más. Es un proceso normal, ya que nuestra boca cambia, pero nuestra prótesis no. Es necesario acudir a las revisiones que nos marque el odontólogo ya que él podrá detectar estos desajustes y solucionarlos mediante un rebase. En este proceso se añade material a la prótesis, reajustándola a los cambios que se hayan producido y de esta manera alargar aun más su uso sin necesidad de realizar una prótesis nueva.