En los países occidentales, el cáncer oral es el octavo tumor más frecuente, alcanzando cifras similares al melanoma o al cáncer de páncreas. La localización más habitual para este tipo de cáncer es la lengua, el labio inferior y suelo de boca.
Es más frecuente en hombres que en mujeres, aunque la diferencia está disminuyendo progresivamente, a medida que el número de mujeres que adoptan hábitos de riesgo aumenta. La edad media de los pacientes afectados por cáncer oral se sitúa en torno a los 55-60 años, aunque está disminuyendo en los últimos años, apareciendo casos en jóvenes de 20 a 25 años, debido al consumo de tabaco y alcohol desde edades tempranas.
El pronóstico del cáncer oral no es muy alentador, pues existe una tasa de mortalidad entorno al 50-60% a los 5 años. Por ello es importante concienciar a la población de la importancia tanto de la prevención como del diagnóstico precoz.
La manera de prevenir este tipo de cáncer es evitando los factores de riesgo y visitando la consulta del dentista anualmente, ya que es el profesional que más fácilmente podrá realizar ese diagnóstico precoz.
Factores de riesgo implicados en la aparición del cáncer oral.
– Tabaco.
– Alcohol.
Son los principales factores de riesgo implicados en la aparición del cáncer oral. El efecto perjudicial del tabaco y alcohol se multiplica cuando tabaco y alcohol son consumidos conjuntamente.
– Colutorios con contenido alcohólico.
– Mala higiene oral.
– Exposición solar. Es el factor de riesgo más importante implicado en el cáncer de labio inferior (la localización más habitual en el labio). Profesiones que se desempeñan al aire libre, como campesinos o marineros, tienen más probabilidades de padecer un cáncer de estas características, por lo que es importante que esta gente utilice habitualmente protección solar en los labios.
– Prótesis desajustadas. Una prótesis desajustada está continuamente moviéndose en la boca del paciente y generando pequeñas heridas. Esas heridas no dan curado ya que la prótesis se sigue moviendo, por lo que se vuelven crónicas y en el futuro pueden dar lugar a lesiones más importantes.
– Dientes rotos o raíces. Los dientes rotos o las raíces que nos quedan cuando se nos rompe la corona de un diente, tiene aristas cortantes que pueden producirnos heridas de repetición. Si el roce se sigue produciendo, esa herida no llega a curar y con el tiempo puede dar lugar a una lesión precancerosa.