Las muelas del juicio son las terceras muelas que tenemos en la boca, las últimas en erupcionar, si es que lo hacen. Se conocen como muelas del juicio, cordales o terceros molares. Hoy en día no todo el mundo tiene muelas del juicio y, los que sí las tienen, no a todo el mundo le erupcionan. No tienen una edad fija de erupción aunque, por norma general, suelen hacerlo durante la adolescencia.
Los cordales son un vestigio de los homínidos. Los primeros hombres se alimentaban de vegetales, tenían la mandíbula más grande para poder masticar y digerir mejor la celulosa de los vegetales. En esas mandíbulas primitivas podía llegar a haber hasta cuatro muelas. Pero con el tiempo ha ido cambiando nuestra alimentación y el tamaño de la mandíbula se ha reducido, aunque lo que todavía no ha terminado de desaparecer son las muelas del juicio. Probablemente, el hombre del futuro no tenga muelas del juicio.
No todas las muelas del juicio hay que sacarlas. Una persona que las tenga bien posicionadas y que tenga espacio suficiente en los maxilares para albergarlas, no tiene necesidad de sacarlas. Las sacamos en los siguientes casos:
– Cuando no hay espacio suficiente en los maxilares para que erupcionen. Las muelas del juicio son el último diente en la boca en erupcionar, por tanto salen cuando ya están en boca el resto de los dientes.
– Cuando están mal posicionadas, suelen estar impactadas contra la muela de delante. La mal posición impide la erupción de la muela. Además la impactación puede provocar problemas en la muela de delante.
– Cuando se producen pericoronaritis de repetición. Las muelas del juicio erupcionan muy lentamente. Durante el proceso de erupción, hay una parte de encía que cubre la muela parcialmente. Esa encía actúa como un saco empaquetando restos de alimentos, placa bacteriana… es una zona muy complicada de higienizar, por lo que habitualmente se forman pequeñas infecciones denomidadas pericoronaritis.
– Cuando existe alguna patología asociada a la muela del juicio: quistes…
– Antes de hacer un tratamiento de ortodoncia, para prevenir recidivas al finalizar el tratamiento ortodóntico.
A la hora de extraer una muela del juicio no son todas iguales, por lo que los postoperatorios tampoco serán todos iguales.
Las muelas del juicio que están erupcionadas son siempre más sencillas de extraer, sean del maxilar superior o inferior. En general, las muelas del juicio superiores suelen ser más fáciles de extraer ya que el hueso del maxilar superior es más poroso (más blando) que el hueso de la mandíbula.
Existen muelas semi-incluidas, que han comenzado a erupcionar pero el proceso aun no ha finalizado. No suelen ser complejas de extraer pero requieren una pequeña cirugía para poder acceder a ellas.
Las muelas que están incluidas son las más complejas. Para su extracción será necesario una cirugía, pues deberemos liberar el hueso que las retiene para poder sacarlas.
El postoperatorio, que puede durar entre una y dos semanas, está directamente relacionado con el tipo de exodoncia que se haga. Cuanto más sencilla sea esta extracción, más sencillo será el postoperatorio. Así, sacar una muela erupcionada tendrá un postoperatorio más rápido que sacar un cordal incluido en maxilar inferior. Para que el postoperatorio sea lo más llevadero posible para el paciente es importante cumplir adecuadamente las normas postoperatorias: medicación antibiótica, analgésica y antiinflamatoria, aplicación de hielo local, dieta blanda, alimentos fríos los primeros días, no realizar ejercicio físico… La medicación junto con un adecuado cumplimiento de las normas postoperatorias harán que en una, o en los casos de extracciones más complejas, en dos semanas, el paciente esté llevando una vida completamente normal.