Historia de la odontología

FECHA DE PUBLICACIÓN: 19/febrero/2018

La Odontología es tan antigua como el ser humano, de hecho los textos más antiguos se remontan a tiempos antes de Cristo. Fueron países del Golfo Pérsico los primeros en descubrir las caries y tratarlas. Entre 7000-5000 a. C. pensaban que las caries las originaban unos gusanos y fabricaron los primeros taladros de arco con fresas de sílex para eliminar la sustancia dental cariada. Más tarde (460-322 a. C.) Hipócrates desmintió esta creencia y describió la saliva y la nutrición como los factores causantes de la caries.

Ya entonces había una preocupación por la estética de la sonrisa, los Mayas (900-300 a. C.) implantaban piedras semi preciosas en los dientes, también por razones culturales. No solo en América, también se han encontrado dientes tratados con hojas de oro en Birmania (700 a. C.).

Fue en Italia, desde el año 600 a. C. hasta el 400 d. C., donde los Romanos y los Etruscos comenzaron a hacer los primeros trabajos de prótesis, tanto fijas como removibles. Empleaban el oro para la prótesis fija y dientes extraídos para hacer prótesis removibles.

En China y La India, 500 a. C., se describieron las primeras recetas para elaborar pasta de dientes.

Finalizando la era pre-cristiana, se escribieron en Europa los primeros Tratados de Odontología. Aristóteles escribió sobre el patrón de erupción dentaria, tratamiento de caries y enfermedad periodontal, extracción dentaria con fórceps y el empleo de hilos metálicos para estabilizar dientes y fracturas mandibulares. Sin embargo, cree erróneamente que los seres masculinos, humanos, ovejas, cabras y cerdos tienen más dientes que las hembras. Aulo Cornelio Celso, una figura importante en la medicina romana, escribió sobre la higiene oral, la reposición dentaria, el tratamiento del dolor dental, los cuidados post extracción y el método de reposición en las luxaciones mandibulares, método que seguimos empleando hoy en día.

Una vez entrados en la era cristiana, durante la Edad Media, se pierde todo el conocimiento de la época romana y griega y emerge una nueva medicina popular con muchas prácticas dudosas. La Odontología es practicada generalmente por monjes, que son los que poseen la mejor educación de la época.

Tras la conquista musulmana de la península ibérica, un cirujano árabe de España, Abù I-Qàsim, recupera el conocimiento dental del mundo greco-romano y difunde su trabajo por Europa.

Finalizada la Edad Media, en China se describe el primer cepillo dental con cerdas, similar al que seguimos utilizando a día de hoy. Pero no es hasta 1780, en Reino Unido, cuando comienza su fabricación en masa y divulgación.

Una vez terminada la época medieval, la Odontología poco a poco va forjando sus cimientos y evolucionando. Cabe destacar el papel de los dentistas europeos, con la publicación de varios manuales de referencia para la profesión: El pequeño libro médico de todas las enfermedades y anomalías de los dientes (Alemania, 1530) y Le Chirurgien Dentiste, ou Traité des Dents (Francia, 1728).

La revolución en prótesis dental llega en 1756, en París, de la mano de Philipp Pfaff, el dentista del rey de Prusia Federico II, quien introduce el uso de la cera y yeso para tomar impresiones. Esto mejora en gran medida la colocación de prótesis dentales. Poco a poco comenzaban a usarse dientes de cerámica u otros materiales para la confección de las prótesis, aunque la mayoría se hacían con dientes extraídos a personas fallecidas. Fueron muy famosos los “dientes de Waterloo”, dientes procedentes de los 50 000 soldados muertos en la batalla de Waterloo que se usaron para confeccionar las dentaduras de las personas más adineradas de la época. Los dientes humanos extraídos son usados hasta 1860 para la fabricación de prótesis dentales.

El primer equipo dental de pie conocido se fabricó en EEUU en 1790. Fue uno de los dentistas de George Was­hington, John Greenwood, quien adaptó el pie de rueca de una má­quina de su madre para hacer girar un taladro. Ese mismo año, también en EEUU, Josiah Flagg, un dentista, construye el primer sillón realizado específicamente para Odontología. Años más tarde, el estadounidense James Snell patentaría el primer sillón dental reclinable.

La primera facultad de Odontología abre sus puertas en 1839 en Baltimore, EEUU. Le seguirían otras facultades dentales en Berlín en 1855, Londres en 1858, París en 1880, Ginebra en 1881, Estocolmo en 1888 y Viena en 1890.