El bruxismo es un hábito involuntario muy frecuente, que consiste en apretar y frotar los dientes. Aunque puede producirse durante el día, es más frecuente mientras dormimos por lo que pese a afectar a un porcentaje importante de la población, mucha gente no es consciente de que lo padece.
Aunque es un tema muy estudiado, no se sabe exactamente por qué se produce. Lo que sí sabemos es que hay factores que están claramente relacionados con esta patología. El más importante es el estrés. Cuando tenemos un problema personal o laboral, el estrés que nos genera puede actuar como desencadenante para empezar a bruxar. Otro posible factor es una forma incorrecta de morder, aunque no es determinante ya que hay personas que tienen una forma de morder muy lesiva y no bruxan y otras con una oclusión aceptable, si lo hacen. Si tenemos un contacto prematuro (un diente o grupo de dientes que al cerrar nos contactan antes), la tendencia de la mandíbula es buscar una posición en la que esté más cómoda y para eso frotamos los dientes.
Los síntomas son muy variados y sobre todo al principio pueden pasar totalmente desapercibidos para el paciente. Con el paso del tiempo aparecen molestias musculares , dolor de cabeza (sobre todo al levantarnos), dolores articulares, a veces el paciente refiere dolor de oído, ya que la articulación que une la mandíbula al cráneo está muy cerca de las estructuras del oído. Con el paso del tiempo, empiezan a aparecer también desgastes en los dientes. Estos desgastes que al principio no son muy evidentes, si no les ponemos freno pueden ocasionar sensibilidades por pérdida de estructura dental e incluso, en casos extremos provocar que perdamos nuestros dientes.
El tratamiento va a consistir en tratar los síntomas. Después de una minuciosa exploración de la cavidad oral, músculos y articulación, cuando detectamos que un paciente es bruxista y tiene una sintomatología muy acentuada, lo primero que hacemos es dar un antiinflamatorio y un relajante muscular para calmar esos síntomas. Pasados unos días, el siguiente paso sería hacer una férula de descarga. La férula no es más que un aparato removible de resina completamente adaptado a la boca del paciente y que se pone durante la noche. Este aparado evita el contacto dentario, por lo que vamos a evitar que continúen los desgastes, y además relaja la articulación y la musculatura haciendo que desaparezcan los síntomas. Estamos hablando por tanto de un tratamiento sencillo y eficaz para una patología que cada día afecta a más gente.