Cuando perdemos un diente o grupo de dientes puede deberse a varias causas. Las más frecuentes son una caries o un problema periodontal. Si tenemos una caries y no la tratamos, llega un punto en que la destrucción de la pieza es tal que lo que nos queda es prácticamente la raíz del diente y tenemos que extraerlo porque no podemos reconstruirlo. En el caso de la periodontitis o piorrea, el diente puede estar intacto pero lo que nos falla es el soporte, el hueso, que es lo que lo mantiene firme. Otras causas por las que podemos perder nuestros dientes son un traumatismo o una fractura, en muchas ocasiones en piezas que están endodonciadas y muy reconstruidas y que con el paso del tiempo acaban fracturándose.
A parte de la dificultad a la hora de comer, la dificultad al habla cuando nos faltan muchas piezas y por supuesto la estética, existen otros problemas derivados de estas ausencias. Cuando nos falta una muela, la tendencia de las muelas que están a ambos lados de ese espacio es inclinarse e intentar cerrarlo. Del mismo modo, si por ejemplo nos falta una muela inferior, la superior con la que mordería se extruye, es decir, baja, porque no existe nada que la frene. En algún caso la extrusión es tal, que cuando queremos reponer la ausencia ya no tenemos espacio suficiente y hay que rebajar la muela superior o en casos más extremos extraerla. Todos estos movimientos pueden generar interferencias a la hora de morder y causarnos problemas oclusales.
Una vez que perdemos uno o más dientes existen diversas formas de reponerlos. Se pueden reponer de forma fija o bien removible, con una prótesis de sacar y poner. Dentro de la forma fija podemos hacerlo con implantes. El implante no es más que un tornillo que se coloca en el hueso y que actúa como si fuese una raíz. Si sólo nos falta una pieza, en ese hueco irá un implante con su corona, que es lo que realmente vemos en boca. Si el tramo es más largo, no hace falta colocar un implante por cada diente que nos falta. Si por ejemplo nos faltan cuatro piezas, en principio con dos implantes como puntos de apoyo para hacer un puente sería suficiente. Del mismo modo, si perdemos todos los dientes de una arcada, no es necesario colocar tantos implantes como dientes, con cuatro o seis implantes dependiendo de la edad del paciente sería suficiente. La otra opción para reponer ausencias de forma fija es hacer un puente sobre diente natural. Esto implica que tiene que haber una pieza anterior y una posterior al hueco, para poder actuar como puntos de apoyo. Estas piezas hay que tallarlas, rebajarlas para que puedan llevar unas coronas. En muchas ocasiones son dientes sanos que no necesitan una funda, por eso es una opción menos conservadora que el implante. La otra manera de reponer ausencias es con una prótesis removible, es decir, de sacar y poner. Es la opción más económica y también la más incómoda, porque esta prótesis tiene que llevar paladar, ocupa cierto volumen, hay que sacarla siempre después de cada comida para poder limpiarla y lo ideal es dormir sin ella todas las noches.
Existen por lo tanto diversas alternativas a la hora de reponer ausencias, un problema al que muchas veces no le damos la importancia que tiene tanto por motivos estéticos como funcionales.