¿Cómo afecta el tabaco a la boca?

FECHA DE PUBLICACIÓN: 21/diciembre/2016

El tabaco es uno de los hábitos más perjudiciales para la salud general, siendo la boca especialmente susceptible a sus efectos, que pueden ser muy variados. El hábito de mascar tabaco es igual de perjudicial que fumar cigarrillos.

Según el Instituto Nacional de Estadística, el 23% de los españoles mayores de 15 años es fumador habitual.

Debido a que la boca es su puerta de entrada en el organismo, el tabaco es el peor enemigo de los dientes y particularmente de las encías, siendo sus efectos nocivos a este nivel muy llamativos. Y es que esta adicción contribuye directamente al desarrollo de enfermedades periodontales, ocasionando a los fumadores problemas muy desagradables y visibles. Van desde las más leves (cambios estéticos…) hasta las más graves (enfermedad periodontal, cáncer oral…).

  • Presentan halitosis (mal aliento) por el olor del tabaco en sí sumado al producido por otras sustancias que se añaden a los cigarrillos (alquitrán, aditivos…)  y por las variaciones que se producen en la microbiota oral. Por otro lado, el tabaco produce sequedad de boca, lo que potencia la aparición del mal aliento.
  • Fumar altera el sentido del gusto, especialmente el sabor salado, por lo que incluso puede aumentar la tensión arterial al abusar de forma inconsciente de la sal.
  • Los dientes adquieren un tono amarillento, además de la aparición de manchas marrones y negras sobre la superficie de los dientes. Para eliminar estas manchas será necesario hacer una limpieza profesional en el dentista.
  • Presentan retraso en la cicatrización. La nicotina y el monóxido de carbono del humo del tabaco influyen de forma negativa en la curación de las heridas. Cualquier tipo de herida en la boca de un fumador va a tardar más tiempo de lo habitual en cicatrizar, ya sea un simple afta hasta el alveolo de una extracción o una cirugía de implantes. Además, tiene mayor riesgo de padecer infecciones durante el proceso de cicatrización.
  • Mayor predisposición a padecer enfermedad periodontal (piorrea). La enfermedad periodontal es una enfermedad crónica, de origen bacteriano, que provoca que perdamos hueso alrededor de los dientes. Los fumadores tienen más posibilidades de desarrollarla ya que el tabaco reduce y altera las defensas inmunológicas frente a los patógenos periodontales. El tabaco aumenta de 5 a 20 veces el riesgo de padecer una enfermedad periodontal en comparación con la población no fumadora. Además, la enfermedad periodontal en personas fumadoras suele ser más agresiva, tener peor pronóstico y los tratamientos pierden efectividad. El diagnóstico de la enfermedad es más complejo en fumadores ya que tienen menos circulación sanguínea en la boca (es un mecanismo de defensa del organismo frente al humo del tabaco) por lo que no experimentan sangrado de encías y éstas aparentan estar más desinflamadas de lo que realmente están.
  • Mayor predisposición a padecer cáncer oral. El tabaco es, junto con el alcohol, los principales factores de riesgo para desarrollar un cáncer oral. De hecho, los pacientes fumadores tienen hasta cinco veces más riesgo que los no fumadores de desarrollar un cáncer oral. Recordemos que el tabaco contiene alrededor de más de 60 productos de combustión carcinogénicos con capacidad para unirse al ADN y alterarlo.