SOLUCIÓN ICON
ORTODONCIA

Probablemente le interese saber si el uso de un aparato de ortodoncia interfiere con su estilo de vida. ¡Por supuesto que no! Puede hacer lo que sea con un aparato: cantar, tocar un instrumento musical, salir a cenar, besar… Existen, sin embargo, unos pequeños inconvenientes, pero no tendrá ningún problema en adaptarse a ellos rápidamente. Caramelos y pipas, por ejemplo, estarán fuera de su alcance. Además, su boca y dientes pueden estar un poco más sensibles después de los ajustes necesarios. Y, por supuesto, será muy importante que visite a su odontólogo con una mayor frecuencia para chequeos periódicos. Las nuevas técnicas y materiales que utiliza en la actualidad su especialista en ortodoncia reducen las incomodidades en gran medida y han disminuído tanto la frecuencia de visitas a su odontólogo como la duración de su tratamiento.

Es un tratamiento que hay que realizar en edades tempranas cuando se identifican determinados problemas en la dentición de leche, como pueda ser, por ejemplo, una mordida cruzada u otros problemas oclusales que justifiquen actuar sobre ellos para prevenir mayores problemas futuros. En estos casos hay que intentar realizar un tratamiento para guiar de la mejor manera posible la forma de morder. Una vez completada la erupción de las piezas definitivas, y en una segunda fase, se haría la ortodoncia convencional.

Ninguna distinta de la que se pueda dar en un adolescente. Básicamente, el tratamiento es el mismo, si bien pueden existir más limitaciones, sobre todo porque puede haber una ausencia de piezas o por una enfermedad periodontal más o menos establecida, lo cual implica la corrección, generalmente previa, de esa enfermedad periodontal. Asimismo, pueden ser necesarios tratamientos adicionales como implantes dentales o prótesis fijas para que el tratamiento rehabilitador oclusal, que es el objetivo último de una buena ortodoncia, sea óptimo.

En primer lugar, se realizan anotaciones previas al tratamiento. Estas anotaciones son herramientas importantes para el ortodoncista para realizar un diagnóstico seguro. Deben incluir la historia médica y dental del paciente, un examen clínico, fotografías, radiografías de la boca y los dientes, y un molde de yeso de los dientes. Esta información será usada para decidir el mejor tratamiento. Normalmente se traza un tratamiento adaptado a cada caso. Se construye el dispositivo o aparato apropiado. Hay muchos tipos de aparatos que se pueden usar. Cuando se coloca el aparato ortodóncico empieza la fase de «tratamiento activo». Los aparatos se ajustan periódicamente para asegurar que los dientes se mueven en la direccion correcta y de forma eficiente. El tiempo necesario para el tratamiento ortodóncico varía para cada persona. Un factor importante para la duración del tratamiento es lo bien que el paciente coopere durante el tratamiento, es decir si sigue todas las instrucciones entregadas por el ortodoncista.

Aunque el motivo fundamental por el que se demanda un tratamiento ortodóntico suele ser el estético, y si bien tener una sonrisa agradable con dientes bien alineados se asocia con un estatus positivo a todos los niveles sociales, sobre todo en esta era en la que a la estética se le da un gran valor, hay otras razones para realizar un tratamiento de ortodoncia, y que guardan todas ellas relación con la salud. Por ejemplo, en caso de apiñamiento dentario para evitar tener una menor susceptibilidad ante la caries, en caso de dientes protruídos para evitar traumatismos, el evitar agravar problemas periodontales, evitar problemas digestivos por no poder realizar una buena masticación y deglución en caso de maloclusiones importantes y para que no se generen o perpetúen problemas articulares o musculares en la articulación temporomandibular.

Si. Al igual que el implantólogo necesita de una cierta cantidad y calidad de hueso, el ortodoncista también necesita unas proporciones adecuadas de los huesos maxilares en los tres planos del espacio. El maxilar superior e inferior deben tener unas proporciones dentro de unos parámetros determinados. En la ortodoncia no sólo hay que fijarse en los dientes. Los huesos donde asientan las raíces son fundamentales.

Lo fundamental es conseguir una correcta oclusión. En contra de lo que generalmente se demanda, en una consulta de ortodoncia la estética no es el objetivo fundamental para el ortodoncista, sino conseguir una buena funcionalidad. De cualquier manera, si se consigue una buena oclusión, la estética generalmente va pareja. Busquemos una buena oclusión y encontraremos una bonita sonrisa.

Los aparatos ortodóncicos de la actualidad se notan, por regla general, mucho menos que los de hace unos años. Los brackets (la parte del aparato que sujeta los alambres) están pegados a la parte frontal del diente. Estos brackets pueden ser de color metal, de color blanco, o transparentes. En algunos casos, los brackets pueden ser puestos en la parte posterior del diente (linguales). Los alambres en la actualidad se hacen de materiales avanzados que ejercen una presión constante en el diente, consiguiendo un proceso de movimiento más rápido y más cómodo para los pacientes.

El proceso biológico implicado en mover los dientes es el mismo para cualquier edad. Tanto los niños como los adultos se pueden beneficiar de los tratamientos ortodóncicos. Se recomienda que todos los niños reciban una evaluación ortodóncica cuando tienen alrededor de siete años. Existen casos donde hay que hacer una preortodoncia a estas edades, y otros donde es más conveniente empezar cuando ya tengan todas las piezas definitivas en boca (a los 11 – 13 años). El tratamiento puede ser un poco más largo en los adultos. Como los huesos de los adultos ya no crecen más, ciertas correcciones a veces no se pueden realizar únicamente mediante aparatos ortodóncicos.

Cuando estas proporciones óseas están claramente fuera de la norma, el ortodoncista puede alinear los dientes pero luego no podrá conseguir una buena mordida. No podrá hacer engranar perfectamente esas dos arcadas entre sí. En estos casos, para solucionar adecuadamente el problema, se necesitará un tratamiento multidisciplinar. Previo diagnóstico del ortodoncista y tratamiento conjunto con el cirujano maxilofacial, se realizará la cirugía ortognática necesaria a cada caso, con el objetivo de hacer coincidir ambas arcadas, dando el ortodoncista los ajustes finales a esa oclusión.

Un problema ortodóncico es una «falta de oclusión adecuada». Algunos ejemplos de causas de esta falta de oclusión pueden ser dientes que faltan, más dientes de los normales, maxilares no alineados, o dientes que no crecen rectos. La mayoría de las faltas de oclusión se heredan, aunque también se pueden adquirir. Las faltas de oclusión adquiridas pueden ser causadas por accidentes, pérdida temprana o tardía de los dientes de leche, o succión del dedo pulgar durante un tiempo prolongado.

Aunque el tiempo medio de tratamiento es de 24 meses, esto varía para cada paciente. Normalmente, el tratamiento para adultos lleva un poco más que el de niños. Otros factores a tener en cuenta son la gravedad del problema, la salud del diente, encías y huesos, y cómo el paciente sigue las indicaciones del ortodoncista. Aunque el tratamiento ortodóncico requiere un compromiso temporal, la mayoría de los pacientes creen que los beneficios compensan el tiempo invertido.